El cáncer de vejiga es el 7º tumor más frecuente en el hombre. Su incidencia en Europa es de 19.1 y 4.0 por 100.000 personas/año en hombres y mujeres, respectivamente y su riesgo crece rápidamente con la edad.
La presentación más frecuente es con hematuria (sangre en la orina) aunque puede presentarse con molestias miccionales irritativas, persistentes, a veces confundibles con infecciones y cistitis, lo cual retrasa el diagnóstico del tumor. Ante estos síntomas es necesaria la sospecha y activamente investigar la posibilidad de tumor del tracto urinario.
El tabaco representa el mayor factor de riesgo asociado al cáncer de vejiga, responsable de aproximadamente el 50% de los casos. La exposición industrial a esmaltes, colorantes, metales pesados e hidrocarburos (aminas aromáticas, hidrocarburos aromáticos policíclicos e hidrocarburos clorinados), es responsable del 10% de estos tumores, representando el segundo grupo de riesgo, aunque este se ha ido reduciendo con las mejoras en seguridad de las industrias actuales.
El tabaquismo representa el 47 % de todos los casos de cáncer de vejiga
La edad promedio de los pacientes que desarrollan cáncer de vejiga es de 73 años
Esto se lleva a cabo de forma sistemática con ecografía o urografía (UIV o UroTAC) , cistoscopia y citología de orina. El diagnóstico definitivo solo es posible con cistoscopia, resección del tumor e informe anatomopatológico, que informa del tipo de tumor, su grado y la extensión en profundidad de la pared vesical. Las actuales técnicas de imagen disponibles en el IVO, como el sistema de imagen STORZ SPIES, han mejorado la imagen y consiguientemente el diagnóstico de estos tumores.
Según la profundidad, los tumores se clasifican en no músculo infiltrantes (CVNMI) o superficiales, aproximadamente el 75% al diagnóstico, y músculo infiltrantes o invasivos (CVMI), representando el 25%.
Tras la resección y diagnóstico por el patólogo, los tumores superficiales pueden seguir control endoscópico, acorde a su riesgo de recidiva. Tumores múltiples, de gran tamaño y recidivantes (aquellos que ya han vuelto a salir), pueden beneficiarse de tratamientos adyuvantes con Mitomicina o Epirubicina intravesical. Aquellos que tiene un alto grado son tratados con inmunoterapia (BCG) intravesical, para reducir el riesgo de recidiva y de progresión. En el IVO se trabaja con un estricto protocolo de adyuvancia intravesical que, además de tratamientos estándar, también incluye novedosos sistemas de instilación como la hipertermia y el EMDA, que mejoran la administración de estos fármacos.
Cuando los tumores son invasivos, CVMI, el tratamiento estándar es la cirugía radical que puede realizarse con abordaje abierto y laparoscópico y con las más actuales técnicas de reconstrucción. En el IVO además, en casos muy seleccionados, puede plantease un abordaje conservador, con preservación vesical, como alternativa a la cistectomía radical.
En el IVO contamos con profesionales especializados y con gran experiencia en el tratamiento de este tipo de cáncer. Incluso en casos avanzados, cuando la enfermedad está extendida fuera de la vejiga, un tratamiento paliativo es aún posible. El manejo de estos pacientes requiere un abordaje multidisciplinar por urología, oncología médica, radiología y, ocasionalmente, oncología radioterápica, medicina paliativa y asistencia domiciliaria.
El Comité de tumores urológicos está formado por un equipo multidisciplinar de profesionales expertos
El Servicio de Urología ofrece las alternativas para la prevención, diagnóstico y tratamiento de tumores urológicos
El equipo de profesionales del Servicio acompaña al paciente oncológico en todo el proceso de la enfermedad
La forma actual que tenemos de avanzar y mejorar el tratamiento del cáncer es mediante los llamados ensayos clínicos
Un ensayo clínico es un estudio de investigación llevada a cabo con personas y que permite tener más información sobre cómo reacciona el cuerpo ante determinados tratamientos. Generalmente se intenta buscar fármacos que mejoren eficacia a los que hasta ahora suponen la mejor opción terapéutica para los pacientes, o bien, presenten una eficacia similar, pero, con un perfil de toxicidad mejor.
Si se tiene en cuenta que casi todos los tratamientos disponibles en la actualidad son el resultado de investigaciones clínicas, destaca la relevancia de los ensayos clínicos.
EL IVO dispone de una unidad de ensayos clínicos para todos los tipos tumorales y participa en estudios fase 1-3 así como otros tipos.
Tanto si se recibe la noticia del diagnóstico inicial de cáncer de vejiga como de una recaída, afrontar el hecho de padecer esta enfermedad es algo que puede provocar un impacto emocional abrumador. Cada persona tiene su propia forma de hacer frente a un diagnóstico de cáncer de vejiga, pero existen algunas recomendaciones que pueden ayudarle en este proceso:
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