Los melanocitos son unas células que se encuentran en la parte más inferior de la epidermis. Producen la melanina, que es el pigmento que da color a la piel. Cuando los melanocitos se alteran, dividiéndose de forma incontrolada, invadiendo otros tejidos e implantándose en otros órganos, se origina un cáncer conocido como melanoma.
Habitualmente el melanoma se desarrolla en la piel, aunque también puede aparecer en la mucosa de la boca, del recto, de la vagina o en la capa coroides de los ojos.
En las últimas décadas, su incidencia ha experimentado un gran crecimiento y, actualmente, representa cerca del 1,5% de los tumores en ambos sexos.
Su principal factor de riesgo es la exposición a radiaciones ultravioletas tanto naturales (sol) como artificiales (cabinas de bronceado).
Uno de sus síntomas más habituales es la aparición de un nuevo lunar o cambios en alguno preexistente. Es muy relevante encontrar cambios que den lugar a aspectos diferentes a los del resto del cuerpo como asimetrías, bordes irregulares, colores inhabituales (rojizos, blanquecinos o azulados), y que den lugar a un aumento del tamaño o lesiones que tengan diámetros superiores a 6 mm.
Ante cualquier sospecha hay que acudir al dermatólogo que tras un examen de la piel procederá, si es necesario, a realizar una biopsia. Con posterioridad se pueden realizar otras pruebas diagnósticas.
12 nuevos casos por cada 100.000 habitantes/año
Debido a una exposición inadecuada a la radiación ultravioleta
Se estima que en 2022 aparecerán 7.500 nuevos casos
Revisar la piel, al menos, una vez al mes, es importante para un diagnóstico lo más temprano posible. La recomendación es realizarla una vez al mes, porque hay un grupo de melanomas que crece rápidamente y solo los podemos reconocer con esa frecuencia. El modo debe ser sistemático, de forma que abarque la totalidad de la superficie de la piel.
Dado que hay una parte de nuestra piel que vemos durante la vida cotidiana, habría que hacer hincapié en las zonas que no están accesibles a nuestra vista en condiciones normales, como son las plantas de los pies, las nalgas, la cara posterior de los muslos, la espalda o el cuero cabelludo. Es útil el uso de espejos (uno grande y otro de mano) para acceder a todas las áreas, así como de fotografías, especialmente si tenemos muchos lunares.
Hay diferentes tipos de melanoma. Su pronóstico dependerá de cada caso individual y del estadio en el que se encuentre, es decir de su espesor y de la afectación de los ganglios.
A lo largo de su trayectoria, el IVO ha adquirido gran experiencia en el tratamiento de este tipo de cáncer, siendo de los primeros centros en España en implantar la técnica de la biopsia del ganglio centinela para el melanoma maligno.
El principal tratamiento es quirúrgico. Tras el diagnóstico, lo que se obtiene mediante la extirpación completa del tumor o, en tumores grandes, con la biopsia de una parte del mismo, se realiza una limpieza de los márgenes eliminando entre 0,5 y 2 cm de piel aparentemente sana alrededor del tumor primario. Estos márgenes de seguridad se toman para disminuir la posibilidad de que queden restos del melanoma que haya podido pasar desapercibidos en el análisis de la muestra usada para el diagnóstico.
La cirugía también se usa para estudiar si hay metástasis en los ganglios regionales (por ejemplo, los de la axila cuando el melanoma está en el brazo), lo que se conoce como biopsia del ganglio centinela, y, en algunas circunstancias, para eliminar metástasis tanto de los ganglios como de otros órganos.
Además, hay ocasiones en las que se puede utilizar la radioterapia u otros tratamientos locales. Aunque, sin duda, los tratamientos más importantes y que más han cambiado durante los últimos años son los que se administran bien para reducir la probabilidad de que un melanoma extirpado desarrolle metástasis con el tiempo (tratamiento adyuvante), bien para tratar la enfermedad metastásica. Para estas circunstancias se dan fármacos desarrollados para frenar características moleculares del tumor, tanto las mutaciones de genes que dan lugar a una reproducción descontrolada de la célula cancerosa como las moléculas que inhiben a las células del sistema inmune y evitan que ataquen a dicha célula cancerosa.
La cirugía de Mohs, y sus variantes, tiene como objetivo analizar el 100% de los márgenes quirúrgicos. Además, si hay algún margen en el que se haya identificado que quedan restos de tumor, permite conocer exactamente su localización. De esta manera, la necesidad de realizar una nueva cirugía se restringe a ampliar solo algo más de piel de la zona afectada. Esta cirugía, de uso habitual para otros cánceres de piel, se reserva en el melanoma para algunos tipos, fundamentalmente el lentigo maligno y el melanoma lentiginoso acral. Estos dos tipos de melanoma aparecen sobre todo en la cara (lentigo maligno), y en las palmas de las manos, las plantas de los pies y las uñas (lentiginoso acral).
Estos tipos de melanoma tienen como particularidad que pueden extenderse más allá de lo que el ojo ve y, por ello, tienen más riesgo de afectar a los márgenes en una exéresis convencional y de que esta afectación no se detecte en el estudio histológico rutinar. La principal ventaja que conseguimos es asegurar la eliminación completa y ahorrar tejido sano en el caso de necesitar realizar más de una intervención quirúrgica al centrarla solo sobre la zona afectada. Esto es especialmente relevante en las lesiones de la cara donde hay que preservar la mayor cantidad de más tejido sano posible.
El Comité de tumores de melanoma está formado por un equipo multidisciplinar de profesionales expertos
El servicio de dermatología del Instituto Valenciano de Oncología es experto en la realización de cirugía de Mohs y sus variantes
El equipo de profesionales del Servicio acompaña al paciente oncológico en todo el proceso de la enfermedad
Un ensayo clínico es un estudio de investigación llevada a cabo con personas y que permite tener más información sobre cómo reacciona el cuerpo ante determinados tratamientos. Generalmente se intenta buscar fármacos que mejoren eficacia a los que hasta ahora suponen la mejor opción terapéutica para los pacientes, o bien, presenten una eficacia similar, pero, con un perfil de toxicidad mejor.
Si se tiene en cuenta que casi todos los tratamientos disponibles en la actualidad son el resultado de investigaciones clínicas, destaca la relevancia de los ensayos clínicos.
EL IVO dispone de una unidad de ensayos clínicos para todos los tipos tumorales y participa en estudios fase 1-3 así como otros tipos.
Tanto si se recibe la noticia del diagnóstico inicial de cáncer como de una recaída, afrontar el hecho de padecer esta enfermedad es algo que puede provocar un impacto emocional abrumador. Cada persona tiene su propia forma de hacer frente a un diagnóstico de cáncer de piel o melanoma, pero existen algunas recomendaciones que pueden ayudarle en este proceso:
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