El cáncer de mama es una enfermedad en la cual las células de la mama se multiplican sin control, volviéndose cancerosas y dando lugar a la aparición de una masa de células transformadas (tumor), con crecimiento y multiplicación anormales.
Pero para conocer con rigor qué es el cáncer de mama, conviene profundizar un poco más en la anatomía de la mama femenina. La mama está formada por lóbulos y estos a su vez se dividen en estructuras más pequeñas llamadas lobulillos. Los lobulillos son los encargados de producir leche durante el periodo de lactancia de una mujer. Esta leche viaja desde el lobulillo hasta el pezón a través de unos conductos llamados ductos.
Adicionalmente, y como sucede en todas las partes del cuerpo, las mamas tienen vasos linfáticos que comunican con unos pequeños y redondos órganos llamados ganglios linfáticos. Los ganglios linfáticos son los encargados de proteger a nuestro cuerpo de todo aquello que consideran extraño: atrapan células tumorales, bacterias y otras sustancias nocivas.
El cáncer de mama, tal y como lo conocemos en la mayoría de los casos, es una enfermedad que se origina en la glándula mamaria, concretamente en los conductos o tubos que llevan la leche al pezón, o en los lobulillos, que son las glándulas que producen leche. Es una enfermedad que afecta mayoritariamente a mujeres, aunque también puede darse en hombres.
El tipo de cáncer de mama dependerá de qué células de la mama se vuelven cancerosas. Pero en términos generales, existen dos tipos de cáncer de mama:
Cáncer de mama in situ o no invasivo. En este tipo de cáncer, las células tumorales están en los conductos o en los lobulillos de la mama, pero no se han diseminado al resto del tejido mamario sano. Por tanto, se trata de un tumor con mejor pronóstico respecto a tumores invasivos.
Cáncer de mama invasivo. En su evolución, el cáncer de mama puede crecer de manera local, invadiendo otras partes de la mama o estructuras vecinas como, por ejemplo, la pared torácica y la piel. Por otro lado, cuando hay diseminación linfática, el cáncer se extiende a través de los vasos linfáticos hacia la axila o a través de los vasos sanguíneos que posee la mama, alcanzando otros órganos como el hueso, el pulmón o el hígado mediante. Cuando esto ocurre, se denomina metástasis.
Por otro lado, en virtud del avance y gravedad de la enfermedad, el cáncer de mama también se clasifica en:
La estadificación del cáncer de mama se utiliza para describir su tamaño, su extensión y si se ha diseminado desde el órgano donde se inició. Para el cáncer de mama hay cinco estadios (del 0 al IV) y su pronóstico empeora cuanto más alto sea el estadio.
La estadificación del cáncer de mama se utiliza para describir su tamaño, su extensión y si se ha diseminado desde el órgano donde se inició. Para el cáncer de mama hay cinco estadios (del 0 al IV) y su pronóstico empeora cuanto más alto sea el estadio.
33.375
En 2021 se diagnosticaron en España 33.375 nuevos casos de cáncer de mama
86%
La supervivencia de mujeres con cáncer de mama después de 5 años es del 86%
1 de cada 8
La probabilidad estimada de desarrollar cáncer de mama es de 1 de cada 8
En la actualidad, se desconoce cuáles son las causas del cáncer de mama y por qué se origina, pero sí se conocen los denominados factores de riesgo, esto es, situaciones que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar o padecer un cáncer de mama.
Cabe recordar que contar con uno o varios factores de riesgo no implica que se vaya a padecer cáncer en el futuro. De igual forma, el hecho de no contar con un factor de riesgo no significa que nunca se pueda padecer cáncer de mama.
Los síntomas más habituales del cáncer de mama son:
Ante la aparición de alguno de estos síntomas, es prioritario acudir al médico o especialista. El Cáncer de mama es un tumor que se puede diagnosticar precozmente, incluso antes de que la paciente detecte ningún síntoma y esto es posible gracias al diagnóstico precoz mediante mamografía. Esta mamografía es recomendable a partir de los 45-50 años (en la Comunidad Valenciana a los 45 años). La Fundación Instituto Valenciano de Oncología cuenta desde el año 1982 con una Unidad de Diagnóstico Precoz, donde realiza cribado mamográfico para detectar el cáncer de mama.
El cáncer de mama es un tumor que se puede diagnosticar precozmente, incluso antes de que la paciente detecte ningún síntoma y esto es posible gracias al diagnóstico precoz mediante mamografía.
El IVO cuenta desde el año 1982 con una Unidad de Diagnóstico Precoz, donde realiza cribado mamográfico para detectar el cáncer de mama. Es posible contactar directamente con la unidad para pedir cita.
El cáncer de mama es de los pocos cánceres que pueden ser detectados precozmente por medio de pruebas mínimamente invasivas. La conocida mamografía se ha acreditado como la mejor y más efectiva prueba de cribado del cáncer de mama. Sin embargo, en la detección y diagnóstico del cáncer de mama, el proceso es el siguiente:
La exploración física rutinaria, tanto por parte de la paciente como por un médico, es la primera prueba importante en el diagnóstico.
Ante la sospecha por aparición de un bulto o de otros síntomas asociados al cáncer de mama, como cambios en la piel de la mama o la retracción del pezón, se iniciaría el proceso de diagnóstico radiológico con el objetivo de realizar una exploración por imágenes de la mama.
Si tras la exploración física existe una sospecha de neoplasia o cáncer, será necesario realizar una mamografía, podríamos decir que es una radiografía de la mama.
El Instituto Valenciano de Oncología cuenta con una unidad de diagnóstico precoz del cáncer de mama con más de 40 años de experiencia en el diagnóstico
Para conocer con más precisión si el bulto o tumor detectado es sólido o es un quiste lleno de líquido, se realizará una ecografía (tecnología que utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para crear una imagen del interior). Finalmente, si las anteriores pruebas no resultan concluyentes, se realizaría una resonancia magnética, que utiliza campos magnéticos y ondas de radio para reproducir imágenes detalladas. Una resonancia magnética permite detectar la presencia de tumores múltiples.
El siguiente paso sería la toma de una muestra de la lesión. En la mayoría de los casos, se practicará una biopsia con aguja gruesa (BAG) ya que permite obtener una cantidad de tejido mayor que la punción con aguja fina (PAAF) y por tanto ofrecer un diagnóstico más preciso. En ambos casos, se obtiene una muestra de células o tejido mamario para estudiarlo en el microscopio por un especialista en anatomía patológica.
Una biopsia es la obtención de tejido localizado en cualquier parte del cuerpo para posteriormente examinarlo con un microscopio y determinar la presencia de una enfermedad. Dependiendo del alcance y de la sospecha sobre el diagnóstico, la biopsia puede realizarse para extirpar una pequeña muestra de tejido con una aguja, mientras que en otras situaciones la biopsia puede suponer la resección completa de un nódulo o bulto sospechoso. En cada caso, el profesional médico encargado de su realización le dará instrucciones al paciente de acuerdo con el tipo de biopsia a realizar.
En los casos de cáncer de mama, la biopsia de los ganglios linfáticos es un aspecto muy importante, puesto que permite la estadificación del cáncer de mama y se realiza para confirmar o excluir la afectación/extensión tumoral a los ganglios linfáticos axilares.
El diagnóstico definitivo del cáncer de mama se realiza tras observar las células malignas bajo el microscopio y lo establece el especialista en anatomía patológica. Como hemos comentado previamente, el patólogo identifica el origen de las células tumorales: ductales, lobulillares u otras; su capacidad invasiva: tumor infiltrante o no infiltrante; el grado histológico; la expresión o no de receptores hormonales, estrógenos y progesterona; la expresión o no de la proteína HER2.
El patólogo emitirá un informe donde explica todos estos aspectos que serán cruciales para decidir la mejor opción terapéutica para el paciente.
Actualmente, la mayoría de técnicas diagnósticas son realizadas por el patólogo. En ocasiones especiales, se realizan otras técnicas para el análisis de mutaciones en ciertos genes por parte del servicio de Biología Molecular. Estas técnicas se realizan principalmente en cánceres de mama metastásico y la identificación de mutaciones en genes específicos permitirá ofrecer tratamientos dirigidos contra la mutación detectada, es lo que conocemos como tratamiento personalizado.
Con toda la información obtenida, tanto de la entrevista con el paciente para conocer antecedentes, síntomas y la exploración física, resultados de las técnicas de imagen y el informe del patólogo el cuadro médico del servicio del cáncer de mama en el Instituto Valenciano de Oncología y miembros del Comité de tumores de cáncer de mama, de forma conjunta y tras evaluar cada caso de forma individual, ofrecerán al paciente la mejor opción terapéutica así como posibles alternativas.
El cáncer de mama, el cáncer de ovario y el cáncer colorrectal, son los tumores que se asocian con mayor frecuencia en los síndromes hereditarios.
El objetivo del Consejo Genético es identificar a aquellas personas portadoras de una mutación patogénica en genes que actualmente se sabe que están asociados a presentar un mayor riesgo de desarrollar un tipo o varios tipos de neoplasias. En muchos casos, estas personas tienen una historia familiar sugerente de transmisión hereditaria y en las que, probablemente, no existen indicios clínicos de sufrir cáncer, pero presentan una alta probabilidad de desarrollarlo en un momento dado de su vida. Generalmente será el médico especialista quien remita al paciente o familiar a la Unidad de Consejo Genético de Cáncer (UCGV) para completar el estudio.
De acuerdo con las guías internacionales de práctica clínica, se recomienda ofrecer un test genético cuando:
El tratamiento de pacientes con cáncer de mama, depende de muchos factores, pero principalmente es importante considerar la extensión de la enfermedad, conocido como estadio, el tipo de cáncer de mama según el informe de anatomía patológica y la evaluación del riesgo del paciente.
Ante un caso de cáncer de mama, el objetivo de la cirugía es extirpar el tumor y analizar los ganglios de la axila (linfadenectomía) siempre con la premisa de optar por la técnica quirúrgica menos agresiva adaptada de forma individual. De forma básica, para la mujer con cáncer de mama existen dos grandes tipos de cirugías:
Uno de los primeros sitios donde se disemina el cáncer de mama son los ganglios linfáticos de la axila y en qué medida esta circunstancia se produzca, determinará el pronóstico del cáncer de mama. La única manera de saber si el cáncer de mama se ha extendido a estos ganglios de la axila, es examinarlos bajo el microscopio. Y para ello, hay que extirpar algunos ganglios para posteriormente analizarlos. Este procedimiento tiene efectos secundarios que pueden llegar a ser muy molestos, como la limitación temporal de los movimientos del brazo, adormecimiento o hinchazón del brazo, también conocido como linfedema.
En un grupo específico de pacientes, especialmente en aquellos en los que clínicamente no existe afectación tumoral de los ganglios centinela, una alternativa a la linfadenectomía puede ser la biopsia del ganglio centinela. El ganglio centinela es el primer ganglio donde es posible que el tumor se disemine. El procedimiento consiste en inyectar una sustancia radioactiva cerca del tumor que fluirá por los conductos linfáticos a los ganglios linfáticos, detectando así cuál es el primero en recibir dicha sustancia y analizarlo después de extirparlo. En caso de obtener un resultado negativo, ya no seria necesaria la realización de la linfadenectomía y la paciente evitaría sufrir los efectos secundarios de la misma, arriba descritos.
La radioterapia es un tipo de tratamiento que utiliza radiación ionizante para destruir células tumorales e impedir su crecimiento. Daña el ADN de estas células provocando su muerte. Se utiliza como tratamiento complementario a la cirugía. Generalmente se administra tras la cirugía conservadora o bien en algunos casos tras una mastectomía.
La radioterapia puede aplicarse en la mama, en la pared torácica y/o en las áreas ganglionares loco-regionales como la axila o a nivel supraclavicular. La forma habitual de administración es la radioterapia externa, se administra por medio de una máquina (acelerador lineal). La duración del tratamiento puede oscilar entre días o semanas, dependiendo de distintos factores, al igual que ocurre con la cirugía, siempre se buscarán estrategias efectivas, de la menor duración posible y con la menor cantidad de efectos secundarios asociados.
Como tratamiento complementario a la radioterapia externa o como alternativa en algunos casos, se emplea también la radioterapia interna o braquiterapia, que consiste en introducir material radioactivo en la zona del tumor.
La quimioterapia es la administración de fármacos, habitualmente por vía intravenosa, con el objetivo de destruir las células tumorales dispersas por el organismo a las que la cirugía y la radioterapia no pueden atacar. Se describe como un tratamiento adyuvante, cuando es administrado tras una cirugía. Mientras que, si se emplea quimioterapia para reducir el tamaño del tumor antes de la cirugía, se le denomina quimioterapia neoadyuvante. La decisión de administrar antes o después de la cirugía tendrá lugar en el comité multidisciplinar y posteriormente consensuada con la decisión del paciente.
El tratamiento de quimioterapia se administra en ciclos y su duración y número dependerá de cada caso. Cada ciclo tiene una duración media entre semanal, o bien cada cada 2-4 semanas y el motivo por el cual un tratamiento de quimioterapia se administra en ciclos lo encontramos en la propia efectividad del tratamiento: el tratamiento se administra en ciclos para atacar las células cancerosas cuando son más vulnerables y dar tiempo a las células sanas y normales del cuerpo a recuperarse del daño sufrido por el tratamiento.
La quimioterapia suele venir acompañada de una serie de efectos secundarios, entre los que destacan el cansancio, las náuseas y vómitos y la caída temporal del cabello, entre otros. Al igual que ocurre con las terapias locales, cirugía y radioterapia, se intenta administrar quimioterapia únicamente en aquel grupo de pacientes donde los potenciales beneficios en términos de reducción del riesgo de recidiva sean superiores a los efectos secundarios. El empleo actual de plataformas genómicas puede reducir la administración de quimioterapia hasta en el 40% de los casos. En nuestro centro, es posible solicitar la realización de esta determinación en aquellos casos en los que está indicado.
El estrógeno y la progesterona son hormonas sexuales presentes en las mujeres de manera natural. Algunos tumores de mama dependen del suministro de estas dos sustancias para crecer, hasta en el 70% de los cánceres de mama como previamente se ha comentado. Cuando las células tumorales conservan estos receptores hormonales, es posible administrar un fármaco o tratamiento hormonal que ha demostrado reducir el riesgo de recaída del tumor y mejorar la supervivencia. La terapia hormonal puede ser administrada por vía oral y presenta menos efectos secundarios que otros tratamientos como la quimioterapia. La duración de este tratamiento puede variar entre los 5-10 años. El seguimiento de los posibles efectos secundarios se realizará por parte del oncólogo médico, así el paciente acudirá a revisiones trimestrales-semestrales para conocer los posibles efectos secundarios así como síntomas relacionados con otros tratamientos o aquellos que pudieran hacer sospechar una posible recidiva tumoral.
Entre el 15-20% de los cánceres de mama presentan una sobreexpresión de la proteína HER2, son los tumores conocidos como HER2 positivo. La proteína HER2, es una proteína transmembrana que presenta una porción en el exterior de todas las células mamarias y otra interior que promueve el crecimiento. Cuando el tumor presenta una elevada cantidad de esta proteína, el cáncer tiende a propagarse más rápido que otros tipos de cánceres de mama. Actualmente, existen fármacos conocidos como anticuerpos monoclonales, trastuzumab y pertuzumab, que actúan sobre las células tumorales capaces de producir la proteína HER2 en exceso, deteniendo o reduciendo su crecimiento. Dicho de otro modo, estos fármacos son capaces de cambiar la historia natural de este subtipo de cáncer de mama, cambiando el mal pronóstico por un buen pronóstico debido a su gran eficacia. Estos agentes suelen administrarse combinados con quimioterapia durante doce meses.
El cáncer de mama es de los pocos cánceres que pueden ser detectados precozmente por medio de pruebas mínimamente invasivas. La conocida mamografía se ha acreditado como la mejor y más efectiva prueba de cribado del cáncer de mama. Sin embargo, en la detección y diagnóstico del cáncer de mama, el proceso es el siguiente:
El Comité de tumores de mama está formado por un equipo multidisciplinar de profesionales expertos
El equipo de profesionales del Servicio acompaña al paciente oncológico en todo el proceso de la enfermedad
La sección de mama del servicio de cirugía se encarga de la cirugía en pacientes con cáncer de mama
Un ensayo clínico es un estudio de investigación llevada a cabo con personas y que permite tener más información sobre cómo reacciona el cuerpo ante determinados tratamientos. Generalmente se intenta buscar fármacos que mejoren eficacia a los que hasta ahora suponen la mejor opción terapéutica para los pacientes, o bien, presenten una eficacia similar, pero, con un perfil de toxicidad mejor.
Si se tiene en cuenta que casi todos los tratamientos disponibles en la actualidad son el resultado de investigaciones clínicas, destaca la relevancia de los ensayos clínicos.
EL IVO dispone de una unidad de ensayos clínicos para todos los tipos tumorales y participa en estudios fase 1-3 así como otros tipos. Hasta ahora hemos participado en más de 100 estudios para el cáncer de mama, siendo algunos de ellos diseñados por nuestros investigadores y convertido en la nueva opción terapéutica en diferentes tipos de cáncer de mama como luminales, triples negativos o HER2 positivo.
Cada tipo de cáncer requerirá un tratamiento concreto y los efectos secundarios dependerán en gran medida de cuál sea el tratamiento aplicado a cada paciente con cáncer. El seguimiento y manejo de los mismos será llevado por el especialista correspondiente. Sin embargo, existen efectos secundarios comunes para cada tipo de tratamiento.
Los efectos secundarios de cualquier terapia contra el cáncer se clasifican según un nivel de grados del 0 al 5, siendo 0 la ausencia de los mismos, 1 el nivel más leve, 2 el nivel moderado, 3 el nivel grave, 4 el nivel muy grave y 5 el fallecimiento debido a ellos.
El objetivo es identificar el grado de cada efecto secundario que pueda estar padeciendo el paciente para evitar que aumente su nivel. El manejo puede incluir el mantener el tratamiento a las mismas dosis, pararlo temporalmente, reducir la dosis o detenerlo de forma definitiva.
Tras la cirugía del cáncer de mama, un alto porcentaje de pacientes sufren lo que se conoce como linfedema. Un linfedema o edema linfático es una secuela del tratamiento del cáncer de mama. Sucede cuando el brazo de la mama afectada se hincha debido a la acumulación de líquido. Esto es debido a que la cirugía del cáncer de mama a menudo conlleva la extirpación de los ganglios linfáticos de la axila, esto dificulta la eliminación de la linfa y este líquido se acumula en el brazo provocando un edema.
Ante la aparición de un linfedema, se aconseja extremar la higiene en la piel del brazo afectado, evitar ropa demasiado ceñida en hombro y brazo, evitar extracciones de sangre y tomar la tensión en ese brazo, no aplicar calor excesivo en la zona, no cargar peso con ese brazo ni utilizar relojes o pulseras. Además, la práctica de algunos ejercicios ayudará a mantener la movilidad del brazo. El personal fisioterapeuta especializado ayudará y orientará a la paciente ante la aparición de un linfedema, para el cual se puede realizar un tratamiento de drenaje o masaje linfático y vendaje de compresión, siempre bajo su supervisión.
También existen algunos efectos secundarios comunes a la radioterapia, como dolor e hinchazón en la mama donde se aplica la radiación, fatiga e irritación de la piel. El médico especialista le indicará en cada caso cómo remitir estos efectos secundarios, pero utilizar cremas puede ayudar con la irritación, así como evitar exponer la piel a la radiación solar.
Los efectos secundarios de la quimioterapia para tratar el cáncer de mama varían en función de la cantidad, tipo y dosis de los fármacos utilizados. Cada paciente debe consultar con su médico cuáles serán en cada caso.
En general, el cansancio o la fatiga, se ha descrito como uno de los efectos secundarios del cáncer de mama más extendido. Puede estar ocasionado por el propio cáncer o por el tratamiento. Y la recomendación siempre dependerá del médico o especialista que le trate. Conviene siempre consultar con el personal médico, que le ayudará a soportar mejor este cansancio. También, las náuseas y vómitos son comunes en pacientes que reciben quimioterapia, el desarrollo de nuevos fármacos permite controlar los mismos en más del 80% de los casos. Por último, cabe destacar que la mayoría de los efectos secundarios de la quimioterapia contra el cáncer de mama son mayoritariamente temporales y pueden controlarse con medicamentos, el personal médico especializado le ayudará a controlarlo.
Tanto si se recibe la noticia del diagnóstico inicial de cáncer de mama como de una recaída, afrontar el hecho de padecer esta enfermedad es algo que puede provocar un impacto emocional abrumador. Cada persona tiene su propia forma de hacer frente a un diagnóstico de cáncer de mama, pero existen algunas recomendaciones que pueden ayudarle en este proceso:
Para completar esta información, un equipo multidisciplinar de profesionales de la Fundación IVO ha elaborado una completa guía del cáncer de mama que puede descargarse a continuación en formato PDF.
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