El IVO ha tratado tantas clases de afecciones oncológicas como pacientes ha atendido. La medicina ha identificado más de 200 tipos de cánceres distintos, pero se podría decir que hay tantos como personas afectadas.
Cada una desarrolla su dolencia y responde a los tratamientos de manera particular, por eso es muy importante que la atención y el seguimiento que se realiza a los pacientes oncológicos, sea personal. Algo que el IVO prioriza entre sus objetivos.
Sin embargo, se pueden establecer algunas tipologías de enfermedades oncológicas según sea el tipo de tejido celular afectado o según su localización.
Tipos de cáncer según su localización
Otra manera de clasificar el cáncer es según su ubicación en el cuerpo.
Aparato locomotor
Aparato respiratorio y tórax
Cabeza y cuello
Cerebro y sistema nervioso
Digestivo y gastrointestinal
Piel
Riñones y aparato genitourinario
Sangre y sistema hematológico
Seno y Sistema reproductor femenino
Tipos de tejido celular afectado
El cáncer se origina en las células. Así que su diagnóstico requiere una biopsia, que consiste en extraer una muestra del tejido afectado para observarla en un microscopio. Al analizarla, se identifican las células que lo componen y se determina si es una tumoración benigna, premaligna (que puede mutar hacia estados cancerosos) o maligna (cáncer).
Una vez que la biopsia ha identificado el tipo de célula y la alteración que presenta, se puede definir el cáncer detectado en función del tejido celular que le ha dado origen. En este sentido hay diferentes clasificaciones:
- Carcinoma
- Sarcomas
- Leucemia
- Linfoma
Representan más del 80% de los casos (cáncer de pulmón, mama, colon, próstata, páncreas, cuello de útero y estómago, principalmente).
Se refieren a tumores malignos en las células epiteliales, que forman la capa que recubre los órganos, glándulas o estructuras corporales.
• Adenocarcinoma: lesión cancerosa en tejidos glandulares
• Carcinoma de células escamosas o epidermoide: en células no glandulares.
• Carcinoma de células basales: cáncer de piel muy común que se origina en su capa más profunda. Estas lesiones abundan en la cabeza y el cuello, al estar más expuestos al sol.
• Melanoma: el tumor se produce en las células que pigmentan la piel. Tiene elevadas probabilidades de curación, pero tiende a propagarse.
Se origina en los tejidos conectivos, los que “sostienen” el cuerpo.
• Osteosarcoma: la lesión celular se inicia en el hueso
• Liposarcoma: la lesión deriva de las células que forman la grasa
• Condrosarcoma: el cáncer se presenta en el tejido que compone un cartílago
• Angiosarcoma: el origen de este cáncer está en el tejido de los vasos sanguíneos
La lesión cancerígena no presenta tumoración, sino que nace en la médula ósea, la parte interna de los huesos donde se producen los glóbulos rojos, blancos y plaquetas.
Por ello, se le conoce popularmente como cáncer de la sangre. Según el tipo de células alteradas, será leucemia mieloide o linfoide. Y, dependiendo del grado de madurez de las mismas, puede ser aguda o crónica
En este caso, se lesiona el sistema linfático, que es el encargado de combatir las infecciones que puedan presentarse en nuestro organismo. Está articulado a través de una red de ganglios y vasos finos que se distribuyen en todo el cuerpo.
Las células que proceden a la división incontrolada y mutación son los glóbulos blancos o linfocitos. Existen dos tipos fundamentales: enfermedad de Hodgkin y linfoma no de Hodgkin.
¿Qué es el cáncer?
El cáncer es el resultado de un crecimiento descontrolado de células. El crecimiento descontrolado de células puede dar lugar a un tumor o nódulo. Esté será benigno si no invade ni destruye otros órganos. Este tipo, en general, suele extirparse sin complicaciones y no se vuelve a reproducir. Si las células que se dividen descontroladamente, además mutan, se produce la carcinogénesis.