Cada año se diagnostican 250.000 nuevos casos de cáncer en España, lo que refleja que esta enfermedad tiene cada vez más incidencia en nuestra sociedad. Sin embargo, los avances a nivel tecnológico y la introducción de nuevos fármacos han permitido mejorar el diagnóstico de la enfermedad y su tratamiento. De hecho, en materia de tratamiento oncológico se ha avanzado más en los últimos 10 años que en toda la historia de la medicina.
Una detección precoz y la incorporación de nuevos tratamientos permiten que aumenten las posibilidades y las esperanzas de curación de la enfermedad, lo que sin duda supone un cambio fundamental en la forma de abordar la enfermedad.
Inmunoterapia
La quimioterapia y radioterapia son dos de los tratamientos más efectivos pero su administración provoca la destrucción tanto de células tumorales como de células sanas, con la consiguiente aparición de efectos secundarios tóxicos indeseables.
La inmunoterapia se sirve de las defensas naturales del organismo para combatir al cáncer desde dentro, en lugar de atacar directamente las células tumorales como hace la quimioterapia tradicional. En la actualidad la inmunoterapia se ha convertido en la protagonista de la mayoría de los congresos de oncología, ya que representa un paso adelante muy importante hacia el control del cáncer.
Con la misma base se están desarrollando fármacos con diferentes mecanismos de acción: vacunas, manipulando los glóbulos blancos (linfocitos T) de los pacientes ó neutralizando los frenos del sistema inmunológico. En la actualidad, ya son muchos los tipos de canceres que pueden beneficiarse de la inmunoterapia: melanoma, linfomas, cáncer de pulmón, vejiga, riñón y cabeza y cuello. De momento, se está utilizando en tumores avanzados (metastasicos), pero se está explorando en ensayos clínicos la posibilidad de aplicarse en pacientes con estadios precoces de la enfermedad y en otros tumores como cáncer de mama, próstata o de páncreas, aunque aún los resultados son inciertos. Una de las grandes ventajas de la inmunoterapia es la menor presencia de efectos secundarios.
Medicina de precisión
Cada día conocemos más y mejor los mecanismos moleculares que conducen a la inducción y posterior desarrollo del cáncer y las moléculas que están implicadas en este proceso. La medicina personalizada, también llamada medicina de precisión, lo que trata es de anular la actividad de estas moléculas, con lo que se impide el desarrollo del tumor. En realidad, lo que busca es administrar el fármaco adecuado, a la dosis precisa, al paciente concreto. Para ello, es fundamental conocer el estado mutacional de su tumor
La medicina ultrapersonalizada consiste en adaptar el tratamiento correcto, a las características individuales de cada persona. La nueva «ultrapersonalización» suma a la ecuación el nombre y apellidos de los tumores por sus alteraciones moleculares, la información acerca del estilo de vida y los hábitos de los pacientes, el género o el origen étnico. Con todos estos datos, se obtiene un retrato más acertado de cada caso y se pueden seleccionar los pacientes que más beneficio pueden obtener de un tratamiento concreto.
La idea no es fácil de desarrollar, porque todavía quedan muchos pacientes en los que sus tumores no expresan alteraciones en sus genes susceptibles de tratamiento y porque su desarrollo requiere la participación de numerosos profesionales.
Es una modalidad de tratamiento que requiere la participación de oncólogos, patólogos, biólogos moleculares y genetistas (encargados de buscar el perfil genético de los tumores), expertos en bioinformática y otras disciplinas. Cada paciente por tanto requiere grandes equipos a su servicio. La medicina personalizada está transformando la investigación clínica y la asistencia sanitaria desde un punto de vista conceptual.
Esta nueva forma de entender el cáncer está modificando la división tradicional de los tumores. No basta con saber si se tiene un cáncer de mama, de hígado o de pulmón. Las nuevas clasificaciones incluyen subdivisiones moleculares, que son absolutamente necesarias conocer antes de planificar el tratamiento de un paciente. Así, por ejemplo, hoy sabemos que existen al menos 4 tipos de cáncer de mama que tienen distinta historia natural, distinto pronóstico y distinto tratamiento.
La medicina de precisión va encaminada a individualizar los tratamientos, a adaptarlos a cada uno de los pacientes y a una visión de la oncología, que implica el trabajo codo con codo con los biólogos moleculares y con tecnología que permita que en apenas unas horas se secuencie el genoma entero.
Biopsia líquida y genérica del tumor
Por otra parte, a nivel de laboratorio, los avances en biología molecular y genética están cambiando todo el panorama. Las técnicas de secuenciación de genes y la biopsia liquida están permitiendo la identificación de alteraciones moleculares responsables de que los tumores nazcan, crezcan y se diseminen, constituyendo, además, dianas terapéuticas para nuevos fármacos dirigidos. Estos fármacos son, en general, más eficaces y menos tóxicos y nos están permitiendo entrar de lleno en la era de la oncología personalizada.
El término biopsia líquida hace referencia a que con un simple análisis de sangre se podrá detectar si existen células tumorales circulantes en la sangre y las alteraciones moleculares que presenta el paciente. La técnica está llamada a revolucionar el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer y también a poner fin a las dolorosas e incómodas biopsias (tomas de tejido) para analizar el tumor, permitiendo la realización de biopsias periódicamente y facilitando la elección del mejor tratamiento en cada momento.