El 8 de mayo se celebra el Día Mundial del Cáncer de Ovario, un tumor que según cifras de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), a finales de año se habrá diagnosticado a cerca de 3.600 nuevas pacientes en España. De ellas, un 10% en la Comunidad Valenciana. Aunque en los últimos años los avances en el tratamiento e investigación han situado la tasa de supervivencia a cinco años en un 60% de los casos, este tipo de tumor representa uno de los mayores retos en el campo de la oncología por la dificultad que presenta el diagnóstico.
A pesar de representar el 3% de todos los tumores femeninos, el cáncer de ovario es la quinta causa de muerte por cáncer en la mujer y la primera causa de mortalidad por cáncer ginecológico. Entre las principales causas destaca “la dificultad” de diagnosticarlo a tiempo, tal y como señala el doctor Ignacio Romero, médico adjunto del Servicio de Oncología Médica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO): “El cáncer de ovario es uno de los más difíciles de detectar porque los síntomas suelen confundirse con otras dolencias y sólo se pueden diagnosticar a través de analíticas de sangre o pruebas de diagnóstico por imagen”.
Entre los síntomas que pueden ayudar a detectarlo está la hinchazón abdominal por la acumulación de líquidos, que puede ir acompañado de molestias en la zona inferior, la aparición de bultos en el abdomen, cambios en el ritmo intestinal y, en algunas ocasiones la aparición de hemorragias vaginales entre ciclos menstruales o en mujeres menopáusicas. “Ante cualquiera de ellos resulta vital acudir a un especialista para realizar las pruebas pertinentes”, recuerda desde el IVO el Dr. Romero.
Factores que aumentan el riesgo
Como en la mayoría de tumores, el riesgo de padecer cáncer de ovario aumenta con la edad. El cáncer de ovario es infrecuente en las mujeres menores de 40 años, y por el contrario, la mayoría se desarrollan tras la menopausia. La mitad de todos los cánceres de ovario se encuentran en mujeres de 63 años o más. Otros factores de riesgo son el consumo de medicamentos para potenciar la fertilidad, o la herencia genética. En el momento en que se identifica una carga familiar o genética, se desarrollan programas de detección precoz e incluso cirugías profilácticas.
En materia de prevención, los expertos señalan el uso de anticonceptivos en periodos superiores a cinco años, la lactancia, el embarazo, o la alimentación saludable, como algunos de los factores que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecerlo.
Abordaje multidisciplinar
Centro de referencia internacional en el diagnóstico y abordaje del cáncer, el IVO fue pionero hace más de 45 años, en ofrecer en España un enfoque integral a través de sus Comités de Tumores, tal y como explica el Dr. Romero: “La complejidad de esta enfermedad hace que sea fundamental individualizar el tratamiento de cada paciente y esto es posible gracias a los comités multidisciplinares donde participan especialistas como oncólogos médicos, oncólogos radioterápicos, radiólogos, patólogos, ginecólogos y biólogos moleculares, que examinan el historial del paciente y toman decisiones conjuntas”. Un organismo que resulta “clave por ofrecer una visión muy completa de cada paciente”, subrayan desde el IVO. En 2021, el centro monográfico valenciano realizó 27 intervenciones quirúrgicas relacionadas con cáncer de ovario, incluidos los tumores de ovario borderline y cirugías de recidivas.
Aunque en las últimas décadas se han logrado importantes progresos gracias a los avances en materia de investigación y tecnología aplicada, el cáncer de ovario sigue representando “uno de los mayores desafíos de la oncología por la dificultad que presenta su diagnóstico precoz”- explica el doctor Oscar Piñero, jefe del Servicio de Ginecología del IVO. En este sentido, los exámenes ginecológicos rutinarios son los que permiten detectar posibles casos que, “tratados a tiempo pueden curarse en el 90% de los casos en estadios tempranos”, subraya el Dr. Piñero. Entre las pruebas que se realizan está el examen pélvico, las pruebas por imágenes como son las ecografías o tomografías del abdomen y pelvis o los análisis de sangre.
Cirugía robótica al servicio de la oncología
La cirugía sigue siendo a día de hoy el principal tratamiento para la mayoría de los cánceres de ovario. “La extensión dependerá de lo propagado que esté el tumor y del estado general de salud de la paciente”, detalla el jefe del Servicio de Ginecología del IVO.
En los últimos años, la cirugía ha evolucionado significativamente gracias a los avances tecnológicos. Aunque algunas técnicas como la laparoscopia han permitido obtener mayor precisión y una mejor conservación de órganos, “sin duda los grandes avances quirúrgicos han llegado de la mano de la cirugía robótica”, apunta el Dr. Piñero. Este procedimiento quirúrgico, presente en el IVO desde la incorporación del Da Vinci Xi- permite realizar las intervenciones ginecológicas más complicadas, en situaciones concretas, con una mayor tasa de éxito: “Aumenta la precisión durante las intervenciones, reduce el riesgo de complicaciones como el sangrado, acorta el tiempo de hospitalización, mejora en la sutura y en la precisión de los puntos reduciendo las cicatrices, la tensión y las tiranteces”, señalan desde el Servicio de Ginecología del IVO.
Avances en los tratamientos
En los últimos años, los avances más importantes en el tratamiento del cáncer “pasan por los progresos en los tratamientos de quimioterapia y terapias dirigidas” indica el doctor Romero. Una “revolución” ligada a la medicina de precisión gracias al avance en el conocimiento de la biología del cáncer y la identificación de biomarcadores, “que suponen un mayor balance entre riesgos y beneficios, mejoría en la calidad de vida de los pacientes y una mejor planificación de las secuencias de tratamientos”, apunta el Dr. Romero. “Lo más curioso de los avances en el cáncer de ovario es que van de la mano de la identificación de las causas genéticas como son, entre otros, los genes BRCA1 y BRCA2. Hemos podido identificar así que la misma causa que los produce, los hace especialmente sensibles a tratamientos dirigidos como lo inhibidores de la enzima PARP. Hemos podido participar en la Institución en los ensayos que son claves en el desarrollo de estas terapias tanto en la recaída como en la primera línea”.