La importancia de la prevención y el diagnóstico precoz para mejorar los índices de supervivencia del cáncer de mama
19 de octubre 2023: Día Mundial del cáncer de mama
Aproximadamente, cada año se diagnostican en la Comunitat Valenciana cerca de 3.000 nuevos casos de cáncer de mama. Un tipo de tumor que según cifras de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), constituye una de las principales causas de muerte en nuestro país, representando el 5,8% de todas las muertes por cáncer, con 6.606 fallecimientos cada año. Cifras que sitúan este tipo de tumor como el más diagnosticado, superando por primera vez al cáncer de pulmón.
Aunque comúnmente es considerado como un tumor femenino, también puede afectar a los hombres. El cáncer de mama en los varones supone alrededor de un 1% de todos los nuevos diagnósticos de esta enfermedad. “Su diagnóstico puede asociarse a familias con mayor predisposición genética a padecer un cáncer de mama, lo que conocemos como cáncer hereditario. Al no participar en campañas de diagnóstico precoz, suelen diagnosticarse con tamaños mayores y afectación ganglionar, sin embargo, su pronóstico y estrategia terapéutica es similar a la de las mujeres”, explica el jefe clínico del servicio de Oncología Médica del IVO, el doctor Joaquín Gavilá.
Las posibilidades de curación del cáncer de mama pueden ser de hasta un 90% si se detecta en fase temprana.
Pese a su alta incidencia, los avances en el diagnóstico precoz, la cirugía, el tratamiento radioterápico y sistémico han aumentado su tasa de curación en los estadios precoces hasta situarse entre el 80-90%. Un dato esperanzador en el que la prevención- tanto primaria como secundaria- juega un papel decisivo. En este sentido, desde la Fundación Instituto valenciano de Oncología (IVO), recuerdan que cuando hablamos de prevención primaria hablamos de aquellas medidas que tomamos para reducir la incidencia de cáncer, “por ejemplo, si disminuyen las tasas de obesidad disminuirá la incidencia de cáncer de mama”, explica el doctor Gavilá. “Así como la predisposición genética, edad avanzada, menarquia precoz, menopausia tardía o el no haber tenido hijos, son aspectos sobre los que no podemos actuar, hay otros que sí son modificables, como el consumo de alcohol o tabaco, dieta rica en grasas, obesidad, ausencia de ejercicio físico, uso de terapia hormonal sustitutiva, entre otros”.
Por su parte, la prevención secundaria son aquellas medidas orientadas a diagnosticar el cáncer lo más pronto posible. Y para ello las mamografías –prescritas en la Comunitat Valenciana a mujeres de entre 45 y 69 años a través de los programas de cribado- “juegan un papel fundamental logrando reducir un 40% la mortalidad y diagnosticar esta enfermedad cuando aún no presenta síntomas”, recuerdan desde el IVO. “En estadios iniciales, aun cuando no existen síntomas, el cáncer de mama es más fácil de tratar, mejorando la calidad de vida del paciente y aumentando la supervivencia”, asegura la Dra. Nuria Nácher, coordinadora de la unidad de Diagnóstico Precoz del IVO, que dispone de un programa de diagnóstico precoz para el cáncer de mama, al que acudieron, en 2022, 15.902 mujeres y se diagnosticaron 190 cánceres. ”Las posibilidades de curación pueden ser de hasta un 90% si se detecta en fase temprana”.
“Con la exploración clínica y las pruebas de imagen se establece la sospecha clínico radiológica que debe ser confirmada mediante biopsia. Será el laboratorio de Anatomía Patológica quien confirme la sospecha”, explica el doctor Eugenio Sánchez Aparisi, jefe del servicio de Radiodiagnóstico de IVO.
Para la confirmación con biopsia, en primer lugar, es fundamental un estudio exhaustivo de ambas mamas y axilas, para determinar la extensión loco-regional y establecer, de forma precisa, las lesiones a biopsiar que permitan establecer la estadificación de la enfermedad. “Para la confirmación, podemos hacer la biopsia dirigida por ecografía, o con técnicas muy precisas como la esteroataxia con mamografía o mediante resonancia magnética para lesiones no identificables con ecografía. En todos los casos se trata de técnicas mínimamente invasivas realizadas con anestesia local de forma ambulatoria muy bien toleradas por las pacientes”, asegura el doctor Sánchez, que destaca que el IVO dispone de los medios necesarios para la detección del cáncer de mama, tanto en las fases de cribado como de diagnóstico y determinación de la extensión de la enfermedad.
Los expertos señalan además, la necesidad de abordar esta enfermedad a través de un “equipo multidisciplinar, personalizado y especializado en el paciente oncológico”. Un modelo de atención que el Instituto Valenciano de Oncología (IVO), viene desarrollando desde hace más de 45 años, a través de los Comités de Tumores. Estas comisiones, configuradas por expertos de las principales áreas según el tumor (oncología médica, oncología radioterápica, cirugía, radiodiagnóstico, medicina nuclear, anatomía patológica, biología molecular, psicología, enfermería, etc.) son las encargadas de evaluar todos los casos con diagnóstico de cáncer o sospecha del mismo, con el objetivo de dictaminar el tratamiento y realizar un seguimiento de cada paciente.
Hacia cirugías más conservadoras y tratamientos menos agresivos
Entre los principales tratamientos contra el cáncer de mama, la cirugía sigue siendo el principal componente a la hora de erradicar el tumor. Ésta puede ser conservadora- en la que solo se extirpa el tumor y tejidos adyacentes- o radical- aquella en la que se extirpa la mama, todos los ganglios linfáticos de la axila y los músculos de la pared torácica debajo de la mama-. Y dependerá de la relación entre el tamaño del tumor y el tamaño de la mama: “Siempre que esta relación permita realizar la extirpación del tumor con márgenes libres y conseguir un buen resultado estético, se le ofrece a la paciente la posibilidad de realizar cirugía conservadora, señala el doctor Carlos A. Fuster, jefe de la Unidad de Mama del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del IVO. En caso de que no se pueda realizar una cirugía conservadora se opta por la mastectomía. «Antiguamente la mastectomía se realizaba incluyendo una gran cantidad de piel, pero en los últimos años, y este para mí es uno de los principales avances se intenta hacer siempre que se puede mastectomías ahorradoras de piel o incluso ahorradoras de piel y pezón, que permiten realizar la extirpación completa de la mama, pero conservando el complejo areola-pezón, lo que facilita la reconstrucción, mejorando el resultado estético”, destaca el doctor Fuster.
En 2022 en esta unidad se realizaron 650 intervenciones, de las cuales 369 fueron neoplasias malignas de mama. “En el 70% de los casos se realizó cirugía conservadora de mama y en el 30% mastectomía”, apunta el jefe de la Unidad de Mama del IVO, que destaca que, a nivel quirúrgico, los avances han sido fundamentalmente a nivel axilar, «aunque el ganglio centinela esté afectado, en muchas ocasiones se puede evitar el vaciamiento axilar radical, ya que es muy poco probable que existan otros ganglios afectos, con lo cual disminuimos las complicaciones quirúrgicas y el riesgo de linfedema, facilitando la recuperación de la paciente”.
Además, en casi todos los casos, siempre que esté indicado y la paciente lo desee, se realiza una reconstrucción inmediata del pecho. “La reconstrucción es un paso necesario para el tratamiento del cáncer de mama. Hoy en día no se entendería que se hiciera una mastectomía y no se ofreciera la reconstrucción”, comenta el doctor Fuster. Una reconstrucción que puede ser inmediata (se realiza en el mismo momento que la mastectomía ) “y siempre que se puede es la primera opción”- o diferida (se realiza en una segunda fase). “A nivel de reconstrucción, se están empleando cada vez más frecuentemente la colocación de prótesis en el espacio prepectoral, lo que disminuye el dolor y la agresión quirúrgica. Pero no todas las técnicas de reconstrucciones sirven para todos los pacientes. Hay que elegir la más adecuada para cada paciente”.
Los avances en la radioterapia permiten acortar los tratamientos de la mayoría de los pacientes a solo 5 sesiones
Junto a la cirugía, la radioterapia constituye otro de los ejes del tratamiento del cáncer de mama que también ha avanzado mucho en los últimos años, permitiendo acortar los tratamientos de la mayoría de los pacientes a solo 5 sesiones, “disminuyendo la toxicidad del proceso, lo que se traduce en un aumento de la calidad de vida de los pacientes, reduciendo así los traslados hospitalarios”, explica el doctor Miguel Ángel Santos, médico adjunto del servicio de Oncología Radioterápica del IVO, un servicio que en 2022 trató a más de 600 pacientes con cáncer de mama. A finales de año el IVO incorporó la radiación guiada por la respiración del paciente, que se utiliza principalmente en tumores de mama izquierdos con el objetivo de proteger el corazón de las radiaciones. “Se basa en realizar dos TACs de planificación a la paciente, uno en respiración normal y otro en respiración forzada, con el fin de administrar la radioterapia en el ciclo respiratorio donde el corazón está más lejos de la pared torácica, disminuyendo así la toxicidad cardiaca”.
Investigación, la clave que está detrás de la alta supervivencia en el cáncer de mama
Como explican los expertos, la investigación está detrás de los importantes avances en el tratamiento de los distintos tipos de cáncer de mama. Porque tal y como resalta el doctor Gavilá uno de los grandes avances en el enfoque terapéutico es haber pasado de ver el cáncer de mama como una enfermedad única a dividirla en tres subtipos (triple negativo, HER2 y hormonosensible) “para los que utilizamos diferentes tratamientos. Mediante esta subclasificación conseguimos mejorar el pronóstico ya que aplicamos un tratamiento más específico según el tipo de cáncer de mama”.
Así por ejemplo, el doctor Gavilá señala que en tumores luminales metastásicos, por primera vez, se ha superado la barrera de los 5 años en términos de supervivencia global gracias al inhibidor del ciclo celular ribociclib, “este fármaco oral, en combinación con terapia hormonal, no solo aumenta la supervivencia, sino que mejora la calidad de vida de las pacientes, así viven más y mejor. Recientemente, los inhibidores de ciclo celular han demostrado una reducción del riesgo de recidiva del 25-30% en aquellos tumores localizados de alto riesgo”.
Por lo que respecta a la enfermedad triple negativo, el doctor Gavilá explica que la inmunoterapia se incorporará al arsenal terapéutico de la enfermedad precoz y avanzada impactado en términos de respuestas y supervivencia.
Por último, para el cáncer de mama metastásico HER2-positivo, nuevos agentes como los anticuerpos conjugados, y en concreto trastuzumab-deruxtecán, han ofrecido resultados muy prometedores. “Es uno de los avances más notables en la investigación del cáncer de mama Trastuzumab-Deruxtecan ha demostrado mejorar significativamente la respuesta y supervivencia en comparación con las opciones hasta ahora disponibles.”, comenta el doctor Ángel Guerrero, médico adjunto del servicio de Oncología Médica del IVO.
Y es que los ensayos clínicos juegan un papel clave para conseguir estos avances. “La participación en ensayos clínicos ofrece acceso a tratamientos avanzados y contribuye a la investigación del cáncer de mama, beneficiando a futuros pacientes. Además, brinda atención especializada y la posibilidad de obtener resultados positivos, incluso la remisión del cáncer en algunos casos”, manifiesta el doctor Guerrero que destaca que el año pasado, trataron en el IVO a más de 300 pacientes con cáncer de mama a través de ensayos clínicos y protocolos de investigación. «Estos pacientes tuvieron la valiosa oportunidad de acceder a terapias innovadoras para el cáncer de mama y al mismo tiempo contribuir al avance del conocimiento y la terapia en esta enfermedad”.
El apoyo psicológico, una vertiente más del tratamiento
Una de cada ocho mujeres será diagnosticada de cáncer de mama a lo largo de su vida. Un shock emocional tras el que “aprender a entender cómo gestionar las emociones durante todo el proceso”, y no sólo ellas, “también sus familiares”, recomienda la Dra. Rocío Romero, coordinadora de la Unidad de Psicooncología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO). “Nuestra labor consiste en abordar la vida del paciente y enseñarle a recolocarse ante ella tras el diagnóstico de la enfermedad. En este proceso se trabajan los obstáculos para devolverle la confianza. Un recurso importante es conectar con sus fortalezas, para que tome las riendas de su vida y conecte con la situación desde la resiliencia y superación de las dificultades. En este proceso se aborda el autocuidado, la revalorización de valores, la asertividad en las relaciones interpersonales, el afrontamiento de situaciones difíciles, y aquello que va surgiendo a lo largo de las distintas fases de la enfermedad”, explica la Dra. Romero.
Y junto al cuidado del paciente está el del acompañante, “pieza clave” para “ayudar a reforzar, sostener, aliviar y a veces, hasta confrontar en los momentos difíciles. De alguna manera también sufre la enfermedad, por lo que es importante incluirlo y atenderlo también durante todo el proceso».
Entre las pautas que recomiendan desde la Unidad de Psicooncología del IVO está “aceptar la enfermedad, y aceptarla significa integrarla en la vida”. “Cuando esto se consigue, todo resulta mucho más fácil, vivimos la vida con más plenitud, sabiendo mejor qué es lo verdaderamente importante”. A partir de ahí, cada paciente se resitúa desde su rutina mejorándola y adaptándola a su enfermedad y a su vida. “Algunos objetivos que generan mayor control y satisfacción vital son una pauta de ejercicio saludable, instaurar rutinas flexibles y adaptadas, cuestionarse lo que uno quiere y responder a esas necesidades personales en relación a los otros, modificar la alimentación personal y, en su caso, familiar siguiendo pautas de nutricionales adecuadas. En definitiva, cuidarse”.