19 de octubre: Día Mundial Contra el Cáncer de mama
Cada 19 de octubre se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, una enfermedad que afecta a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida y supone aproximadamente el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres: 2.261.419 nuevos casos a nivel global, según los últimos datos recogidos por el Sistema Europeo de Información del Cáncer, de los que 34.088 corresponden a España.
Aunque comúnmente es considerado como un tumor femenino, afecta a los hombres. De hecho, el cáncer de mama supone ya en los varones alrededor de un 1% de todos los nuevos diagnósticos de esta enfermedad. El cáncer de mama en hombres suele estar vinculado a una mayor predisposición genética, lo que conocemos como cáncer hereditario. Al no formar parte de los programas de detección precoz, su diagnóstico suele realizarse en etapas más avanzadas, con tumores más grandes y mayor afectación ganglionar. Sin embargo, el pronóstico y el tratamiento son similares a los de las mujeres.
En los últimos 30 años, la incidencia del cáncer de mama ha mostrado una tendencia ascendente, con un incremento anual del 2-3%, incluso en el grupo de pacientes menores de 45 años (la franja de edad de mayor incidencia es de 45 a 65 años). ¿A qué es debido? Hay diversos factores , el incremento de la esperanza de vida media, cambios en los hábitos de vida y en los patrones reproductivos, junto a un aumento en la administración, durante largos periodos de tiempo, de terapia hormonal sustitutiva en mujeres postmenopáusicas en países desarrollados.
Para romper con esa tendencia ascendente solo existe una manera de actuar: prevención. Tanto la primaria como la secundaria.
La prevención primaria son aquellas medidas que tomamos para reducir la incidencia de cáncer; por ejemplo, si disminuyen las tasas de obesidad disminuirá la incidencia de cáncer de mama. Así, si bien es cierto que hay algunos factores sobre los que no podemos actuar, como la predisposición genética (en un 5% de los casos existen antecedentes familiares que permiten un diagnóstico de cáncer hereditario), edad avanzada, menarquia precoz, menopausia tardía o el no haber tenido hijos, hay otros que sí son modificables, como el uso de terapia hormonal sustitutiva, el consumo de alcohol o tabaco, tener una dieta rica en grasas, la obesidad o la ausencia de ejercicio físico, entre otros.
En cuanto a la prevención secundaria son aquellas medidas orientadas a diagnosticar el cáncer lo más pronto posible. Aquí, los programas de diagnóstico precoz son fundamentales en la lucha contra el cáncer de mama. El cáncer de mama es el tumor más diagnosticado, superando por primera vez al cáncer de pulmón. Las posibilidades de curación pueden ser de hasta un 90% si se detecta en fase temprana. En estadios iniciales, aun cuando no existen síntomas, el cáncer de mama es más fácil de tratar, mejorando la calidad de vida del paciente y aumentando la supervivencia.