El cáncer de colon es un grave problema para la salud pública que supone «el segundo tumor con mayor mortalidad durante el pasado año en nuestro país», tal y como señala desde el Instituto Valenciano de Oncología (IVO), el Dr. Marcos Melián. A nivel mundial, el cáncer de colon es el tercero con mayor impacto, aproximándose a los dos millones de casos durante el pasado año, dejando al cáncer de mama y al de pulmón en las primeras posiciones.
Aunque este tipo de tumor se ha asociado siempre a la edad, en los últimos años los expertos han detectado un incremento de casos en edades más tempranas: entre los 30 y 50 años. Desde el IVO recuerdan la importancia del diagnóstico precoz ante un tipo de tumor «de ritmo lento que no suele presentar síntomas hasta estar en fases más avanzadas».
Prevención: factores hereditarios y hábitos de vida saludable
En este tipo de tumor concurren una serie de factores de riesgo que hacen que unas personas sean más proclives que otras a verse afectadas por la enfermedad. Además de la edad -el 90% se diagnosticará por encima de los 50 años y una gran parte por encima de los 65 años- repercute directamente la existencia de antecedentes familiares de cáncer de colon o de recto, o padecer enfermedades inflamatorias intestinales.
Además, los hábitos saludables determinan el riesgo en este tumor. La alimentación y la obesidad son factores que pueden favorecer el desarrollo de la enfermedad. Una mala nutrición centrada en alimentos procesados, el alcohol, el tabaco, la obesidad, el sedentarismo… normalmente son elementos que favorecen no sólo la aparición del cáncer de colon, sino también de otro tipo de tumores.
La importancia de adelantarse a la enfermedad
Desde el IVO se insiste en que la mejor forma de combatir el cáncer es el diagnóstico precoz, porque la supervivencia en este tipo de cáncer está directamente ligada a la precocidad de su diagnóstico: «los casos recibidos en estadio I o II tienen un caso de supervivencia de entre el 70-90% mientras que los de estadios III y IV, empeora notablemente hasta una supervivencia inferior a un 15%».
Además del cribado, existen síntomas ante los que los expertos aconsejan acudir al especialista. Dolor abdominal, cambios en el hábito defecatorio, sangrado o pérdidas de peso sin explicación son algunas de las señales para realizar estudios más exhaustivos.
Tratamientos personalizados
En el IVO, se estudia cada caso desde el Comité de Tumores y se enfoca el tratamiento de manera individualizada: «Los tratamientos han evolucionado de forma muy positiva con el paso de los años. En el campo de la radioterapia, ha habido avances que disminuyen los efectos secundarios manteniendo su eficacia», explica el doctor Melián.
En el IVO, el uso de tecnología robótica de última generación como el Da Vinci, además de una mayor precisión y un control mejorado de la cirugía, aporta «importantísimos beneficios para nuestros pacientes como una menor pérdida de sangre, retorno más rápido de la función del intestino, reducción de complicaciones, menor tasa de hospitalización, además de la meticulosidad del aparato para minimizar las cicatrices».
El tratamiento médico tiende a lo que conocemos como Medicina de Precisión. Conocemos la biología de la enfermedad y así podemos ofrecer un tratamiento dirigido hacia las posibles alteraciones genéticas que presentan algunos pacientes.