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En España, un tercio de los diagnosticados con cáncer son de piel

Dedicar unos minutos al mes para detectar manchas, lunares o bultos sospechosos y realizar un seguimiento, puede ser determinante a la hora de detectar un cáncer de piel en una fase incipiente
Dr. Nagore, Jefe Clínico del Servicio de Dermatología del IVO

Según datos del Observatorio de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), los carcinomas de piel tuvieron en 2020 en nuestro país una tasa de incidencia de 47 casos por cada 100.000 habitantes, lo que supone que un tercio de los cánceres diagnosticados son de piel.

En este sentido, el Dr. Eduardo Nagore, jefe clínico del Servicio de Dermatología del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), advierte que «para prevenir el melanoma, y en general el cáncer de piel, hay dos cuestiones fundamentales: tratar de evitar los factores que aumentan la posibilidad de desarrollar un melanoma, básicamente la radiación ultravioleta; y tratar de detectarlo lo más precozmente posible, preferentemente en una fase curable».

Asimismo, recuerda que en esta época del año hay que exponerse al sol poco a poco, utilizar ropa adecuada, buscar la sombra, usar protector solar con un factor de protección mínimo de 30, y hacerlo de forma adecuada, al menos, diez minutos antes de salir y aplicárselo cada dos horas y evitar la exposición solar durante las horas de máxima intensidad de los rayos ultravioletas.

Y, sobre todo, subraya el doctor Nagore, «realizar un seguimiento de los lunares o manchas para detectar cualquier cambio. Para hacer una valoración de estos cambios, es útil aplicar el signo del Patito Feo, en el que se consideran como sospechosas aquellas manchas que o bien ya tenemos y de repente crecen, cambian o se hacen de otro tipo, o bien son nuevas y cuyo aspecto no tiene que ver con otras que tenemos. La identificación de estas lesiones sospechosas es crucial para acudir a su valoración por un especialista».

No debe olvidarse, que la exploración debe hacerlo todo el mundo y abarcar toda la superficie de la piel y no únicamente las zonas expuestas al sol: «Hay melanomas, de hecho, que surgen sin ninguna relación con el sol, en zonas ocultas como los genitales o el cuero cabelludo o en personas sin ningún factor de riesgo».

Factores de riesgo

La presencia de muchos lunares o tener la piel clara, sensible y con menor facilidad para broncearse, son los principales factores que pueden predisponer a sufrir cáncer de piel. De esta manera, extremar la prevención para tratar de eliminar el factor ambiental y acudir al especialista ante cualquier sospecha «puede salvar muchas vidas», recuerdan desde el IVO.

Aquellas personas con más de 50 lunares deberían visitar al menos una vez al año al dermatólogo. Y si esos lunares tienen características atípicas o tienen alguno de los signos ABCD, deben ir con más frecuencia.

Signos ABCD: un lunar que es asimétrico (A); de bordes irregulares, con entrantes y salientes (B); de varios tonos de color (C) y que es grande, de más de seis milímetros de diámetro (D).

Tratamientos

En el cáncer de piel, el principal tratamiento es el quirúrgico. Cuando son tumores de pequeño tamaño basta con una extirpación sencilla. En el caso de tumores más grandes o localizados en zonas complejas, como por ejemplo, en la nariz, párpados u oreja, se realiza la cirugía micrográfica de Mohs, una cirugía que el IVO introdujo en España hace casi 30 años.

La cirugía micrográfica de Mohs permite extirpar el tumor, asegurando que los márgenes son negativos, es decir, que no queda tumor y al mismo tiempo se salva el tejido sano. Para ello se realiza un análisis intraoperatorio de los márgenes, donde se quita el tumor, se analiza con el microscopio y, si sigue quedando tumor, se continúa quitando hasta que no queda nada.

Para complementar esta cirugía, el IVO implementa la técnica de la microscopía confocal exvivo. Esto permite que, sin ningún procesamiento químico de la muestra, se extraiga el tumor del paciente y se analice en el mismo quirófano. De esta manera, en pocos minutos puede valorarse el margen quirúrgico extirpado y tomar las medidas requeridas. Esta técnica dinamiza la cirugía, ahorra tiempos de quirófano y asegura la extirpación total del tumor. 

En los casos en los que no es posible la cirugía, el IVO emplea tratamientos como las nuevas técnicas de radioterapia que permiten que sea más circunscrita a la piel, o los nuevos tratamientos oncológicos como las terapias antidiana: capaces de identificar cuáles son las moléculas principales para que un tumor prolifere. A ellos se suma la inmunoterapia que permite que muchos pacientes con enfermedad avanzada y un pronóstico muy malo mejoren.

Avances

En los últimos años se ha adelantado mucho en el estudio de los factores de riesgo asociados a los tumores más agresivos. Se ha experimentado un gran avance en el conocimiento de los mecanismos biológicos que identifican a los tumores con mayor gravedad y sobre los que se tienen que realizar tratamientos y seguimientos más exhaustivos. Este conocimiento biológico también ha servido para desarrollar nuevos fármacos para el tratamiento del melanoma avanzado, el tratamiento de pacientes con metástasis o con un riesgo aumentado de padecerla.

Además, se han desarrollado tratamientos muy eficaces en el carcinoma basocelular avanzado, que permiten obtener tasas de respuesta muy prometedoras. Además, la irrupción de la inmunoterapia en el tratamiento del carcinoma epidermoide y del melanoma permite tratar a pacientes con estadios avanzados de la enfermedad. Asimismo, hay muchas esperanzas depositadas en la utilización de sistemas de inteligencia artificial para la identificación de lunares sospechosos

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